lunes, marzo 31, 2008

El fabuloso post de nuestro viaje a Zipolite
Y el viernes por la noche partimos sin dolor. Dejando atrás personas, trabajo, “esmog” (cotorra palabra, jijiji), luces, ruido y velocidad. El camión, de lo mas cómodo, si tomamos en cuenta que no podíamos esperar menos de una clase ejecutiva. ¿Por qué será que se hacen llamar “clase ejecutiva? ¿Será acaso que el pópulo no merece comodidades? ¿O será que los ejecutivos son las únicas personas que saben disfrutar de las comodidades de la vida? … En fin, un viaje largo y pesado.

A nuestro arribo a la ciudad de Pochutla la gente, cálida como acostumbra ser en el sureste, nos recibió con sonrisas y recomendaciones poco usuales. No olvidar nadar con traje de baño por aquello de los remolinos en el mar ¿?

Nuestra llegada triunfal fue al pisar el Hotel Lyoban (1988-2008), sí, veinte años de tradición respaldaban una vacación de calidá. Y sí que lo fue. Un lugar como pocos, un tanto austero, donde los aparatos eléctricos se limitaban a una licuadora en la cocina del restorán y focos de pocos watts. Esto sin duda, hacía de la experiencia algo aún mejor.

Mis dos acompañantes en este viaje, Gude y Adi fueron la mancuerna perfecta para vivir playas apacibles, cuerpos desnudos, a veces excitantes, otros vomitivos, frutos del mar exquisitos y postales llenas de chairos con ondita pacifistarevolucionaria.

Nuestros días se fueron volando en las playas cercanas, Mazunte, San Agustinillo o la playa del amor. Nuestras actividades se limitaban a: nadar, comer, leer, dormir, beber, fumar y fumar (esto en el sentido literal de la palabra), pues como nos quedó claro, Zipolite es un pueblo sin ley, donde todo mundi vive y deja vivir, fuma y deja fumar, juarjuarjuar.

Encontramos dos tres lugarcillos fabulosos, uno de ellos “La isla”, un bar a la orilla de la playa donde tocaban puro reggae, y un tipito jamaiquino extraño cantaba canciones de Bob Marley agregando un toque único al final de cada frase de toda canción, un eco que rezaba más o menos así: nou guoman nou cra a a a a iii, nou guoman nou cra a a a ai… Diversión de chicos y grandes, de pachecos y pachecas.

Otro de ellos fue un restorán de “pipzas” a la leña, donde degustamos una delicia de este platillo italiano. Por cierto, cabe mencionar que Zipolait esta próximo a convertirse en un barrio italiano si las cosas siguen como hasta ahora, estos cuates se han apoderado poco a poco de todo. Desde hostales hasta puestos de pulseritas coyoacanescas tropicalizadas con elementos de la costa.

No podemos dejar de mencionar el famoso “Pacha Mama”. Otro sitio a pies del mar donde todos, así es TODOS, los copteles TODOS los días a TODA hora, se encontraban al tu por guan. Así que por 35 varitos pudimos precoopear sin problema casi todos los días con margariras, atiborradas de “control” jeje, ruso negro o blanco, según el grado de discriminación, mojitos con harta yerguagüena machacada o de un clásico daikirikí. Eso sí, su lema era, o te pones pedo o te sacamos. Pinches tragos más cargados… Lo agradecimos.

Los días en Zipolite pasan volando, y para nosotros no fue la excepción. Partimos de ese bello lugar tal como llegamos, felices, solos y borrachos…
*Nota autorecordatoria: pendiente post de las pachecas playeras.

Esta historia continuará…

En nuestro próximo capítulo: PUERCO ESCONDIDO y su lado funesto. Patrocinado por Hostal Shalooooohoooom.

Mientras tanto, pics de grandes descubrimientos.

::El auténtico dos en uno::

::Coco loco on the beach::

::Habrá sdo en honor de la princesa Diana? Homenaje póstumo::

::En el comedor Yuli, los puestos están muy claros: Tomasa agente, Polo suplente. Liderazgo compartido::

::Bello lugar::
post atrasado...

De infortunios, desencuentros y cosas peores ( )
Y es que a veces nos empeñamos en el autosabotaje, así, sin motivos concretos, ni razones pertinentes. Estoy consciente, me gusta el drama. Y a veces el dolor me parece una experiencia equiparable a la felicidad. Pero hay momentos en que no quisiera que fuera así.

Todo ha sido como una enorme maraña de hilos que se entretejen y hacen nudos un tanto complicados de deshacer. Estoy a punto de cumplir 25 años, fecha en la que supuestamente viviría lejos de casa, me encontraría en otro continente, y sabría muy bien lo que significa la palabra “autosuficiencia”.

Tal vez no pase, tal vez me quede en casa, tal vez tenga los huevos de partir y de saber lo que eso significa, o tal vez soy demasiado frágil como para poder dar el salto. Dos personajes que figuraban en mi vida a principio de año han ido desvaneciéndose poco a poco, con efectos un tanto ásperos. Quisiera olvidar, pero las cosas no son así, si olvidas no escarmientas, y si no escarmientas no aprendes.

Ayer tuve un sueño muy extraño. Estaba en el patio de atrás de mi edificio, un coche Ford de los años 30 verde pasto estacionado hacía contraste con el clima caluroso. El sol brillaba intenso en un cielo despejado, azul, perfecto. Yo, arriba de el auto, contemplaba el paisaje cuando de pronto aparecía JC. Platicábamos de cosas triviales, sin importancia. –Pronto me voy a un viaje de “inventario” decía - Sorprendido le respondí: ¿Inventario? Sí, me voy con mi novio. -¿Novio? Un hueco enorme en la panza me devastaba, no podía quería creerlo…

Maldición
Y será como una nueva tradición que se repetirá año con año. El MX Beat 2007 en Puebla se coronó con la pérdida de las llaves del auto de Paco, el frío terrible, y los grupos tocando a lo lejos mientras Mava y yo cuidábamos del coche fumando y tratando de mitigar nuestra baja temperatura.

El de este año no fue la excepción. Lass revisiones exhaustivas tuvieron su efecto conmigo