viernes, noviembre 07, 2008

Y se siente bien
Sentado frente a la luna que aparece y desaparece entre nubes oscuras, miro los rascacielos, los aviones que atraviesan y las estrellas que poco pueden brillar por el esmog que las asfixia.

Es curioso, pero hoy más que nunca disfruto de todas y cada una de las cosas que hago. Aunque en viernes por la noche, lavar ropa, fregar trastos y hasta prender un cigarrillo es lo mejor que me puede pasar. Amo la vida, el presente y todo lo que sucede a mi alrededor.

Mi amor está lejos, pienso en él, pero también me llena de felicidad el saber que pronto volverá y podré contarle lo feliz que me siento, que lo extrañé y que todo marcha bien.

Ayer, después de un largo rato de no contar con las ya famosas "lade nites" nos detuvimos a reflexionar lo que ya sabíamos desde hace tiempo. La esencia es la misma. el camino distinto. Crecemos, maduramos y hacemos lo posible para trascender, para dejar huella.

Juntos, los tres, en una noche fría, las mismas calles que nos miraron ahogarnos en alcohol, fueron testigos y fieles oyentes de lo bien que la pasamos, de que ahora no es suficiente llegar a un lugar donde antes todo era distinto... ya no somos así.

Nuestras prioridades se modifican, las personas que verdaderamente importan son las que se quedan, así de fácil. Buscamos de alguna forma el drama, y cuando no existe, hacemos hasta lo imposible para tener aunque sea una pizquita de sabor, porque si no cómo, !o qué!

Mi reflejo en la ventana me hace sonreír, por supuesto que ya no soy el mismo. Me siento bien, muy bien.

Blueberynights
Y después de tanto buscar, de partirnos el lomo viendo verdaderos cuchitriles, llegamos al lugar que por lo menos durante un año será "nuestro lugar", y poco a poco va tomando forma, y estoy seguro que en menos de un mes, esto quedará glorioso, jijiji. Pero antes de que eso suceda y de que no deje a nadie postrar su asqueroso trasero en mis sillones de diseño no podía faltar el open house, sumado a la celebración del cuarto de siglo de mi mejor amigo.

La gente que más queremos estuvo presente, y gente que de alguna u otra forma llegó por inercia. Alcohol, nicotina, música, amigos, mota y amor fue todo lo que se necesitó para hacer de esa noche una de las más chingonas del año, sin lugar a dudas.

Sobra decir que acabé ahogado tirado en el baño y rescatado por mi chico. Sobra contar también que fue el primer toque con el Fer y que tanta felicidad sólo terminó en ocho bolsas llenas de basura, y también de todo lo malo, miedos, inseguridades, angustias y barreras.

Ahora sólo queda una casa llena de amor, paz y buena vibra goeeeei.