miércoles, diciembre 05, 2007

La importancia de llamarse Ernesto
De chiquito era conocido por toda la familia como “Tito”, y creo que el mote me iba perfecto. Siempre fui muy pequeño, falquito y compacto. Ya en la primaria fui simplemente “Ernesto” a secas, para dar paso a “Corona” en la secun. Cagado que en esta etapa escolar todos llaman por su apellido a sus compañeros de aula.

En la prepa mucha gente me decía “Neto” y sus diminutivos sospechosamente gays: “Netis”, “Netito”, “Nety”… alias que migraron conmigo a la Uni y que casi todo mundo utilizaba para reconocerme.

Ya en la última etapa estudiantil y debido a los filtros de modismos gabachos, mi nombre resultó salpicado con ciertos tintes anglicanos: “Ernest”, “Ernie”, y uno de mis favoritos a la fecha: “Ern”.

En la actualidad todo mundo me nombra como mejor se acomoda, esto incluye todos los anteriores y algunos extras:

-Ernesto
-Ernest
-Ernst
-Ernie
-Ern
-Neto
-Netito
-Nety
-Netis
-Tito

Mi nombre es versátil, y me gusta que sea a así. Va con mi personalidat. Así, con te.

::Plus: exquisita imagen de muchacha regresando el alcohol que su cuerpo no aceptó más::

No hay comentarios.: