En estos días que estoy leyendo metafísica luego me entran mis cinco minutos de reflexión. Algunas Leyes Universales sí que están muy cabronas. Es por todos sabido el poder de la Ley de la Atracción, o la de Causa-efecto. Algunos conocimientos causan revuelo en mí, y más cuando los aterrizo a un plano práctico.
Y a veces me pongo a pensar en lo cagado que es la religión. Cómo cada cultura ve a su Dios de forma distinta.
Yo tuve una educación 100% católica. Lo típico: ir a misa los domingos, comulgar, arrepentirse de los pecados, venerar al papa, a los santos y al obispo.
Ya en mi adolescencia tardía todo mi pensamiento se transformó, aunado un poco con las enseñanzas “paganas’ y aleatorias de mi madre que nos hizo ver a Dios y a la religión como totalmente diferente.
Ahora no voy a misa, ni rezo y muchas veces ni siquiera me arrepiento de mis pecados en lo más mínimo. Pero a pesar de eso sí creo en un Dios, una fuerza suprema, creadora, divina y perfecta. Creo en los ángeles, en la Virgen y soy fiel devoto de San Miguel Arcángel a quien en muchas ocasiones pido que me proteja con su espada poderosa.
Me gusta dar gracias por las cosas simples de la vida: el sabor de un mango, el agua de lluvia o el azul del cielo. Y es que en esas cosas “insignificantes” es donde al menos yo, veo la grandeza de Dios. Porque ¿a qué hombre se le podría ocurrir un sabor tan delicioso como el de un mango? ¿O crear un color como el del cielo?
Cada vez que camino por las calles y el Sol se asoma con su enorme vibración amarilla, me detengo, lo miro fijamente, respiro un poco de aire, doy gracias a Dios, y simplemente me acuerdo que ahí está Él. Enorme, perfecto, luminoso. Entonces sigo mi camino y me digo a mí mismo: No hay dudas. Dios es el Sol. Para mí el Sol es Dios.
Creo que por eso no me gustan los días nublados.

1 comentario:
hay ernestitis!!!!!! ....pedire por ti.... preocupada por tu estado espiritual atte. la chabelis
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