martes, julio 03, 2007

Presa del consumismo
Y sí, ai didid aguen. Aunque realemente iba con la mentalidad de no encontrar absolutamente nada, no fué así. Llegué a Pull & Bear y todo iba llegando solito a mis manos. Es verdad que las ofertas llegan a uno. Encontré un par de tenis baratísimos, camisas de vestir, playeras, un suetercito poca madre, y lo más caro, una sudadera exquisita. Salí de la tienda feliz, jurando no comprar más cosas. Pero Zara hizo lo suyo. Me atrapó y caí. Again. Ya ahí la compra fue menos, todo claro en el área de niños. Una camisita, una t-shirt ochentera-noventosa y un morralito casi regalado. Al final un poquito de culpa, pero mucho, mucho y delicioso olor a nuevo. Tendré que buscar ocasiones para estrenar lo adquirido.

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