El viernes después de un arduo día laboral (llegué un poco tarde, 11:30 a.m.) me quedé de ver con mis primos, la Haydeé y el Alfre para ir a comer. Primero fuimos a La Pagode, un lugar sobre Barranca más vacío que nada, pero con una oferta fabulosa: chela de a 15 varito. No nos quedamos mucho tiempo y decidimos movernos a San Ángel, ya ahí entramos a Ocean Drive, pedimos un paquete de botella con comida. Nos hemos puesto una peda con Absolut Mandarin tan a gusto… el precopeo perfecto para estar a tono en la noche de Zombies del Pasagüero.
Llegamos al Centro y bebimos caminando por sus calles vacías, misteriosas, perfectas para la noche. Ya en el Pasagüero los encuentros no se hicieron esperar. Algunos agradables, otros encantadores. Amé subir a cantar con Zemmi al escenario y adorarla, y cantar sus canciones y tomarme pics con mis amigos (los mejores), y con Rafita y con Afrodita y todo increíble, y una peda inigualable.
Fui marchista
En la tan esperada marcha LGBT, llena de colores y gente caminamos poco y vimos mucho, me acompañaron mis primas y mi novio (increíblemente). La pasé muy bien, como siempre el gusto de estar con él, con gente que quiero mucho, con mi mejor amigo, con amigos y nuevos conocidos. Nos llenamos de papelitos y nos tomamos pics con los bombones de Perrier.
Ya por la noche, después de una larga siesta para recuperarme de la peda del día anterior, después de dudas de ir o no ir a algún lugar a celebrar el gay day, me arreglé para verme con Beto (el amigo de mi prima) e ir a algún lugar. De nuevo encuentros chidos: Robert, Paco, Vin, Víctor (nuevo integrante de las aventuras), Betito y yo. Leve el asunto para cerrar un fin de semaa ajetreadísimo, pero increíble.
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