Como en una escena de alguna película sosa, donde la gente cree que porque el sol ilumina sus rostros, la paz regresa y el clima se transforma en unos minutos, todo está bien, pero no saben que están justo ante su peor pesadilla, porque después de ese sol que les quema los ojos vendrá la peor destrucción, el momento donde el meteoro se enojará y soltará toda su furia, para después hacer el recuento de daños.
Así me siento. Tranquilo, en espera de que llegue lo peor. Serán sólo unos días antes de que me derrumbe, de que grite, llore y me auto aniquile, y aunque los deterioros sean muchos, tendré que salir de ellos y volver a construir todo de nuevo. No hay más.
La homeopatía es la panacea para el siglo XXI
Y confío en que así sea, porque estoy dispuesto a evitar cualquier tipo de medicamento hasta los últimos días de mi vida, ya tengo suficientes efectos secundarios de las cosas que hago para aparte tener qué aguantar los de antibióticos inútiles.

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